
El promedio de inversión para armar un local de la marca es de u$s 180.000, dependiendo del formato que elijas. La marca no cobra fee de ingreso, sólo deberás invertir en las reformas y gastos de apertura de tu local y en su equipamiento.
La franquicia minimiza el riesgo de inversión, pero no asegura el éxito..
Al adquirir una franquicia adquieres también la visión y misión de quien la creó. Si no la compartes, es mejor que busques otra alternativa de negocio.
Tener los mismos procedimientos de producción, de atención a clientes, de ventas, etc., es parte de la estandarización de un negocio, y las franquicias se basan en eso.
Cuando te vuelvas franquiciatario, tendrás a alguien detrás que supervise que todos los procesos se llevan conforme a la estandarización de la franquicia: como un jefe que no lo es, pero lo parece.
Sea que decidas autoemplearte en la franquicia, manejarte como el dueño del negocio o ser un inversionista ausente, deberás dedicar tiempo de calidad a tu franquicia para lograr el éxito.
Antes de adquirir una franquicia, analiza qué es lo que más te gusta hacer. El secreto para que tu negocio sea exitoso y tú seas feliz es que hagas lo que te apasione, así sea lavar ropa ajena (como el caso de las lavanderías) o hacer faciales.
Adquirir una franquicia implica también comprar los años de experiencia de la marca y de su corporativo, de ahí el valor de su nombre y posicionamiento.
Una franquicia trae consigo productos o servicios ya probados. No se puede vender nada que no esté en su catálogo.
Los costos de cada producto o servicio son asignados por el corporativo que vende la franquicia. Ningún franquiciatario puede cambiar los precios a menos que este autorizado por el licenciatario.
La confidencialidad es de lo más valioso en una franquicia: es un compromiso moral, ya que las recetas o los procesos son los secretos que han dado éxito a esa franquicia.
El corporativo dueño de la marca diseña la publicidad con la que promoverá todas las unidades que ostentan su imágen.
Las asesorías de campo vigilan la estandarización de la franquicia; personal calificado asiste a las franquicias para revisar que los procesos se ejecuten correctamente.
Debes comprometerte a cuidar que la calidad que maneja la marca se mantenga en alto, apegado al manual de procedimientos.
Para ser franquiciatario, se requiere una habilidad mínima para saber administrar un negocio y manejar sus finanzas. Si no cuentas con esta habilidad, deberás pensar en tener a alguien de tu confianza para este cargo.
Una franquicia no trae consigo una varita mágica que te volverá un emprendedor libre y sin compromisos; por el contrario, exigen dedicación y profesionalismo.
Como franquiciatario, tendrás gente a tu cargo, por lo que deberás ser imparcial y reconocer sus habilidades. Las franquicias generan muchos empleos directos. Al abrir tu franquicia, tú mismo te convertirás en una fuente de trabajo para muchas personas.
Es indispensable que lo tengas, ya que deberás manejar conceptos, asesoramiento y soluciones a tus clientes.
No busques la rentabilidad en una franquicia. Los expertos aseguran que debes buscar la empatía con la marca y con el corporativo; lo demás viene por añadidura.
Aunque muchos emprenden con la idea de hacer más dinero, lo cierto es que un negocio propio implica, en principio, una inversión de dinero y tiempo. Las ganancias pueden tardar en llegar meses o incluso años, depende de la marca y el éxito de tu negocio.